Antes de empezar, voy a explicar un poco el marco teórico que critico de forma MUY RESUMIDA, que es de SB Cohen, Leslie y Frith. Hay más marcos teóricos, pero este es el principal por el que se entiende el concepto de empatía.

La teoría de la mente se define desde este marco teórico como la habilidad de las personas para atribuir estados mentales como conocimientos, deseos, emociones o creencias a otras personas y, así, entender que otras personas tienen sus propios pensamientos y creencias sobre el mundo que les rodea.

Según esta teoría, las personas autistas tienen un déficit para percibir los “estados mentales”. La teoría de la mente propone además que hay dos tipos principales de empatía: Cognitiva y Emocional o  Afectiva

A) EMPATÍA COGNITIVA: para entendernos sería la capacidad de reconocer estados mentales para comprender lo que la otra persona piensa. Pues bien, según la neuronorma, si no comprendes un estado mental (por ejemplo de ánimo) de la otra persona te falla esta empatía.

Pero lo que se presupone desde este concepto es que, solo las personas autistas tenemos problemas para reconocer estados de ánimos (usaré ese ejemplo de estado mental en todo el texto), cuando por ejemplo la mayoría de personas alistas (no autistas) tienen problemas también para reconocer los estados de ánimo de las personas autistas. En definitiva, es normal que entre diferentes tipos de procesamiento y neurotipos (ej: neurotipo autista, neurotipo alista) nos cueste reconocer los estados de ánimo de otras personas. Esto no quiere decir que las personas alistas o autistas tengan un fallo en su empatía cognitiva, más bien que existe neurodiversidad. Es más, las mayorías de alistas no suelen reconocer mis estados de ánimo, en cambio a les autistas les cuesta muchísimo menos reconocer estados de otres autistas

B) EMPATÍA EMOCIONAL O AFECTIVA: sería de forma resumida “sentir lo que otra persona siente, es decir, que te afecte el estado de ánimo de otra persona. Según muchos teóricos del autismo las personas autistas sí tendrían esta empatía.

Este concepto de empatía es el que suele manejar la sociedad y se usa muchísimo para estigmatizar a personas que bajo el paradigma médico son categorizadas sin “empatía”, como “psicópatas”, etc. Hay incluso libros como “Empatía cero” de S.B-Cohen que van más allá y dicen que los crímenes contra la humanidad se producen por un fallo en esta empatía. Lo dice tan pancho, sin analizar las estructuras de poder. Tener esta empatía o no tenerla, de por sí no es bueno ni malo. Me explico, bajo el pretexto de esta empatía, muchas personas “empatizan” con maltratadores y les defienden porque se ponen en su lugar. Ponerte o no en el lugar de alguien está muy condicionado por las estructuras de poder, por tanto. Por ejemplo, cuando ocurrió el caso de La Manada muchísimas feministas blancas se pusieron en el lugar de la víctima y lucharon. En cambio, con las jornaleras marroquíes muchas de esas mismas feministas blancas ni se pronunciaron al no representarlas a ellas ese caso.

Esta empatía no mide los valores de nadie, ser psicópata/trastono de la personalidad antisocial, no es malo ni bueno. Lo más importante de esto es analizar el sentido de justicia que tiene la persona más allá de que tenga o no esta empatía. En definitiva, el que te afecte el estado emocional de otra persona puede llevarte a cometer muchos sesgos cognitivos a la hora de ser justo. Existen personas que bajo los criterios médicos “no tienen esta empatía” y tienen un sentido de la justicia mayor que el resto de personas neurotípicas.

C) Generar una respuesta “adecuada”: una vez reconoces la información y te afecta se espera que generes una respuesta “adecuada” al contexto. Normalmente la neuronorma presupone que hay un modo correcto de respuesta y el resto son patológicos. Por ejemplo, se presupone que ante la muerte de un ser querido tienes que llorar, que cuando algo te hace gracia tienes que reírte, que cuando te abraza alguien querido sentir que te protege, etc. Pero esto no es así, la diversidad hace que expreses de formas muy diferentes que pueden considerarse “inadecuadas” bajo la neuronorma. A veces, cuando he tenido que llorar me he puesto a reir, cuando he tenido que sentir que me protegen he sentido que me invaden, etc

D) Conclusión: La empatía no es un atributo que mida si una persona es justa, buena o mala. Desde el activismo autista observo como compas intentan reivindicar que “sí tienen empatía”, siguiendo el juego al paradigma médico, en vez de luchar contra su tiranía, se quieren hacer ver estos autistas, como “personas con empatía” para romper su estigma, estigmatizando a las personas neurodivergentes que son categorizadas como “sin empatía”. Empoderarte haciéndote ver como persona con empatía, es promover la neuronorma y el neurocapacitismo.

 

Entrada originalmente publicada en el blog Alistas bajo cuerda.

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