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«Claramente necesitamos algo diferente del DSM» afirma Lucy Johnstone, co-autora del Marco de Poder, Amenaza y Significado. No se trata de negar las experiencias ni el sufrimiento, que son muy reales. Las personas realmente se sienten suicidas, desesperadas, ansiosas, escuchan voces hostiles, etc. Pero nunca se ha demostrado que estas experiencias se entiendan mejor como enfermedades médicas que tienen que diagnosticarse.
De hecho, hay una gran cantidad de evidencia de que el enfoque médico no ayuda en general a las personas a encontrarse mejor a largo plazo. El diagnóstico psiquiátrico, a diferencia del resto de diagnósticos en medicina, falla en su propósito de explicar el malestar o de sugerir las mejores intervenciones. Un ejemplo son las grandes dificultades del DSM para acomodarse a las expresiones de sufrimiento psíquico de otras culturas. «Si se tratara de enfermedades médicas se parecerían más o menos» afirma Johnstone, «una pierna rota es más o menos lo mismo en cualquier parte». Y sin embargo las expresiones de sufrimiento psíquico pueden variar enormemente entre unas culturas y otras, o a lo largo del tiempo.
El Marco de Poder, Amenaza y Significado es un intento para esbozar una alternativa conceptual al modelo del diagnóstico del sufrimiento psíquico. La gente tiene derecho a describir sus experiencias de la manera que tengan más sentido para ellas, pero rara vez se les ofrece esa opción. El Marco trata de brindar a las personas el conocimiento para que tomen sus propias decisiones sobre cómo quieren describir su propia experiencia.
El objetivo, dicho de forma sencilla, es pasar del «¿Qué te pasa?» al «¿Qué te ha pasado?». Evidenciar que el malestar psíquico de las personas se comprende en relación a su contexto. Tratar de dejar claro el vínculo entre el sufrimiento psíquico de las personas y el contexto social, la desigualdad social y las injusticias sociales. Poner el poder en el mapa. «El poder -afirma Johnstone- no solo está ausente del pensamiento psiquiátrico, sino que también lo está en gran parte del pensamiento psicológico y psicoterapéutico». La capacidad de crear significados propios constituye una forma importante de restaurar el poder de las personas.