En el año 2013 publiqué un libro sobre arte y locura, en el que entre otras cosas me reconozco como un sobreviviente del sistema de salud mental argentino. Desde entonces me llegan mensajes y llamados de personas pidiendo ayuda. Como soy escritor, mi única opción es contar sus historias públicamente.
Ayer me llegaron estos dos breves videos de un «sobreviviente de los manicomios argentinos». Así es como esta persona se presenta. En ambos, esta persona ocultó su rostro detrás de una gorra, una bufanda y anteojos. Se disculpa de hacerlo y explica que debe ocultar su identidad porque tiene miedo de volver a ser encerrado en un manicomio. Los dos videos hablan por si solos, por lo cual te invito a que los veas.
Bueno, ¿Que tal? Disculpen que tenga que esconder mi identidad, pero es por precaución. Quería contarles que soy un sobreviviente de los manicomios. La primera vez que estuve preso en un manicomio fue en el CPA en la provincia de Córdoba donde me metieron en sala de contención, me torturaron, me inyectaron, me ataron a una cama. Pasé frío, pasé hambre, no tenía zapatillas, no tenia frazada.
Luego de ahí me mandaron al neuropsiquiátrico Morra, donde me tuvieron cinco días atado, sin poder moverme, dándome leche con pan en la boca. Me bañaron con una manguera. Luego de eso pasé al hospital de mi ciudad donde me tuvieron atado, me pichicateaban (inyectaban) cada diez minutos, no podía abrir los ojos. Estuve treinta horas sin poder abrir los ojos. No podía comer, no podía tragar.
En el año 2011, 2013 también estuve en el mismo hospital, las mismas torturas, y cómo me escapé y fumé un cigarrillo de marihuana, mi psiquiatra le dijo a mi madre que tenía que estar en una institución de adicciones en la cual pasé un año y medio y me hicieron lo mismo. En un momento me descompensé, según ellos y me inyectaron.
¿A que quiero ir con este video? Es que tienen que cerrar los neuropsiquiátricos. Respeten la ley de salud mental. La ley numero 26657. Hay que respetarla. Nos ampara a nosotros. Nos ampara.
Y quería decir algo más. Cuando me internaron en el 2012 en el neuropsiquiátrico de mi ciudad, el jefe de psiquiatría de mi ciudad y que no la voy a decir, porque no quiero que me internen, porque cuando le hice una denuncia en la fiscalía la jefe del hospital en la que me internaron fui a fiscalía e hice una denuncia por violación de derechos humanos y torturas.
Ese día que denuncié a los psiquiatras y denuncié a los enfermeros que te atan, que te inyectan, que te drogan, te hacen perder la identidad, que no sabes quién sos. El día que los denuncié, mi padre vino con dos policías, una enfermera y un camillero.
No se están respetando los derechos, no se están respetando los artículos de la ley de salud mental votada y aprobada en el 2010, señores y señoras. Esto tiene que terminar.
No puede ser que no podamos dar la cara por miedo a repercusiones. Somos sobrevivientes de los neuropsiquiátricos. ¿Porque sobrevivientes? Por las torturas que nos hacen. Por las torturas que nos hacen.
Yo no tengo miedo. Yo tengo el mejor abogado de mi ciudad que hoy lo tengo que ir a ver. Si tengo que ir con toda la fuerza política, con toda la fuerza que me ampara la ley, con toda la fuerza que me amparan los artículos constitucionales que no se respetan, si tengo que hacer que les quiten las matrículas, si tengo que hacer que cierren los neuropsiquiátricos, tengo gente muy conocida, que están en situaciones muy poderosas a esta altura del partido. Adiós.
Me pregunto que puedo escribir después de semejante testimonio tan contundente. Muchos pensarán que esto puede ser una broma, pero lamentablemente tengo que decir que esto es verdad. Además, este video deja expuesto que, si bien en Argentina las celdas de aislamiento están prohibidas por ley, aún se siguen usando.
Este vídeo es la voz de miles de personas que usan drogas psiquiátricas y callan por miedo, y que tienen que ocultar su identidad por un sistema que reprime, tortura y mata. El sistema de salud mental argentino.
¡Que vivan todas las locuras y que viva el orgullo loco!
