A modo de entretenimiento veamos hasta dónde llega la psiquiatría, en su afán de ocultarla, cuando se les cuela un poco de verdad en una de sus publicaciones y se ven en las prisas de borrar torpemente lo publicado. Hoy no escribo un artículo de opinión sino el relato de un suceso. Una pequeña anécdota que ahondará vuestro cinismo con respecto a la psiquiatría.
A estas alturas, mucha gente ya es consciente de lo poco que se puede confiar en la psiquiatría y en la industria farmacéutica: resulta obvio que no tendrán reparos en tratar de omitir y censurar cualquier información que les haga quedar en mal lugar.
A los rezagados, les recomiendo los siguientes libros, que les permitirán ponerse al día con rapidez: Psicofármacos que matan y denegación organizada, de Peter Gøtzsche, Anatomía de una Epidemia, de Robert Whitaker, o mi libro Medication Madness.
A continuación os contaré brevemente el pequeño y triste espectáculo al que hemos asistido mi mujer Ginger y yo. Mi mujer Ginger Breggin me ayuda amablemente a mantenerme al tanto de lo que ocurre en el mundo, en parte, rastreando publicaciones sobre psiquiatría en internet. No se trata de encontrar información científica puntera: en psiquiatría no se publica información científica. Punto. La psiquiatría no ha dudado en transformar «el patrón oro de la ciencia» de los ensayos clínicos aleatorizados controlados con placebo en un «patrón de oro para el gran engaño» al manipularlos de forma tan fraudulenta que no se pueden tomar en serio.
Una de las herramientas de las que se sirve Ginger para estar al corriente de las artimañas de la Psiquiatría consiste en recibir “Alertas de Google—Psiquiatría.” Mirad:
La entradilla incompleta de una de las alertas recibidas que provenía del sitio Psychiatry Advisor parecía seductoramente sugerir que una abogada reconocía que los medicamentos psiquiátricos podrían incrementar el riesgo de suicidio:
Impaciente Ginger hizo click en el enlace con la esperanza de por fin encontrar ¡por primera vez! una advertencia tan fundamental en una web de psiquiatría. Sin embargo, en su lugar encontró lo siguiente:
Ginger se quedó abatida con lo que encontró. O no encontró… En la página se podía leer: “Página no encontrada”. El enlace a la advertencia que la abogada podía estar haciendo a los psiquiatras había desaparecido. Me encantaría escribir una canción con el título de “Página no encontrada”, un libro, una película… En su lugar me limitaré a hacer algunos comentarios.
Queridos amigos de MIA, la frase “Página no encontrada” condensa el espíritu de la psiquiatría en su más pura esencia. Cuando se trata de explicar los incontables efectos, a menudo trágicamente dañinos, que las sustancias psiquiátricas pueden causar en las personas, mis colegas responden “¡Página no encontrada!”
PERO ESPERAD, HAY MÁS. Hasta ese momento, podría haber estado meramente especulando que se tratase de una ocultación deliberada de información pero que finalmente fuera un simple error técnico.
Le pedí a Ginger que me enviase el enlace de la “Página no encontrada” para citarlo en esta crónica. Al copiar y pegar el enlace en el e-mail dirigido a mí—gracias a la magia de internet—apareció inesperadamente la meta-etiqueta esta vez dejando ver por completo la síntesis del artículo escrito por la abogada.
En serio, ¿a quién se le ocurriría pensar que muchos psiquiatras no saben a estas alturas del partido que los antidepresivos pueden agravar las ganas de suicidarse e incluso inducirlas? ¿Cómo es posible? Pues si se les oculta sistemáticamente esa información.
Al parecer, Psychiatry Advisor cree que los psiquiatras que leen sus publicaciones no tienen ni la menor idea de que los antidepresivos son una amenaza para los pacientes, incluso para los participantes sanos en los estudios, quienes desarrollan síntomas precursores de suicidio, como la sobre-estimulación (activación). Psychiatry Advisor efectivamente quería ocultarles la terrible noticia.
En la vorágine por borrar toda huella de la advertencia de Latner sobre la relación entre psicofármacos y suicidio el mismo día en que fue publicado el artículo, suprimieron el artículo pero se olvidaron de eliminar la meta-etiqueta. El enlace dejaba ver la parte oculta de la meta-etiqueta de modo que la advertencia se podía leer al completo: “y que en ocasiones la medicación les prescriben a estos pacientes puede agravar su situación”.
Este acto de censura y la torpeza con la que fue llevada a cabo no son más que el epítome del constante esfuerzo censor de la psiquiatría por ocultar a la gente los efectos dañinos de las sustancias psiquiátricas, incluidos los psiquiatras que deciden buscar información que les pudiese resultar útil en www.psychiatryadvisor.com, una “comunidad de psiquiatras clínicos”. Entonces, ¿es así cómo se garantiza que los psiquiatras no se enteren de nada? ¿Con censura? Sí. Y con la amenaza velada de mano dura con aquellos que se atrevan a denunciar que la psiquiatría biológica está haciendo muchísimo más daño que bien.
La psiquiatría oculta información desfavorable sobre los psicofármacos para protegerse a sí misma. Poco les importa el bienestar de sus pacientes a la hora de tomar decisiones. Para la profesión, lo importante es proteger a cualquier precio aquello que les hace sentir y parecer médicos de verdad: su rol de prescriptores de psicofármacos. Y los altos salarios.
¡Eh! ¿Y los pacientes? ¿Los pacientes? … Escuchar a los pacientes es una pérdida de tiempo para la psiquiatría moderna cuyo abordaje consiste en atender al mayor número posible de pacientes por día. “Tiempo de consulta: 10 minutos. Cuantos más pacientes acudan ese día, más dinero ganaré.” El modelo de negocio en boga de atención a las personas que sufren.
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Nota del editor: Posteriores investigaciones señalan que todos los artículos de la autoría de Ann W. Latner han sido eliminados de la web Psychiatry Advisor. Ella nos ha explicado por qué:
“El artículo ha sido retirado de Psychiatry Advisor porque yo no trabajo para esa publicación sino para otras dos que pertenecen a la misma empresa, Haymarket: Clinical Advisor (para enfermeros y residentes) y eMPR (para médicos adjuntos). En ocasiones, la empresa publica los artículos que escribo para Clinical Advisor o eMPR en sus otros sitios web pero no tiene permiso para hacerlo (como trabajadora autónoma no puedo regalar mi trabajo). Esa es la razón por la que han sido retirados todos los artículos de mi autoría de Psychiatry Advisor y no como consecuencia de macro-conspiración alguna. El artículo está publicado aquí: https://www.empr.com/home/features/can-a-physician-be-held-liable-when-a-patient-commits-suicide/
Entrada originalmente publicada en la web Mad in America, el 20 de marzo de 2019. Traducción realizada por Iria Rodríguez.