Bajo el título «Prevenir el acoso escolar y fortalecer la convivencia», esta tarde ha tenido lugar en el IES Isabel La Católica, en Madrid, la catorceava edición del Foro por la Convivencia, donde el psiquiatra Celso Arango López ha presentado la ponencia «Acoso escolar y salud mental: una relación bidireccional». 

Compartimos a continuación el texto que desde el colectivo Locomún se ha elaborado y distribuido entre los asistentes al evento: 

Estas correas pertenecen al Servicio de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Celso Arango, conferenciante en esta XIV edición del Foro por la Convivencia, destinado, tal y como reza su lema, a “Prevenir el coso escolar y fortalecer la convivencia”, es el jefe de dicho servicio.

Estas correas se denominan “contenciones mecánicas” y son empleadas para atar a pacientes psiquiátricos generalmente por sus muñecas, tobillos y tórax. En este caso concreto, a los menores de entre 12 y 17 años que pasan por la unidad de hospitalización de Infanto-Juvenil del Gregorio Marañón.

Una práctica erradicada en varios países de nuestro entorno, y que en muchos otros está fuertemente regulada, fomentándose además recursos formativos y humanos encaminados a disminuir drásticamente su uso.

La situación en el territorio español al respecto es tan desoladora como arbitraria (en unos sitios se ata más que en otros, se carece de protocolos unificados y hay una opacidad manifiesta en cuanto al número y duración de las contenciones en cada servicio)… tanto que recientemente incluso la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha emitido una orden para regular su uso con los pacientes en los hospitales, exponiendo que los centros deberán disponer de un protocolo específico en la materia, tal y como ha sido expuesto durante el pasado mes de febrero por Manuel Molina, viceconsejero de Sanidad y director general del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).

No creemos necesario explicar que atar a personas que sufren psíquicamente (especialmente en el caso de niños) no es la mejor manera de ayudarlas. Existe una gran cantidad de literatura científica al respecto. Además, el daño causado por una situación tan traumática no solo tiene una dimensión emocional, vinculada directamente a la salud mental, sino que existe un riesgo contra la propia integridad física de la persona contenida. Sin ir más lejos, hace apenas unos días ha fallecido un paciente durante una contención mecánica en la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica del Complejo Hospitalario de A Coruña.

Atar a alguien contra su voluntad porque siempre se ha hecho así (una excusa muy patria), porque no se sabe afrontar la situación de otra manera o porque no hay recursos (el argumento predilecto de muchos profesionales) no es aceptable y supone una vulneración de los derechos humanos, algo que menciona de manera específica la ONU al manifestarse sobre el uso de las contenciones mecánicas.

Si usted ha leído hasta aquí ya puede hacerse una idea de lo que pensamos de la foto que preside este escrito, así como de la validez de lo que vaya a decir Celso Arango sobre el acoso escolar, la convivencia o cualquier cuestión relacionada con el cuidado de los menores.

Esperamos de todo corazón que encuentren mejores aliados en su lucha contra el abuso de poder y la violencia en la infancia.

Colectivo Locomún

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