Foto de,la preparación de la pancarta "La Locura No se Cura con Tortura"

El martes de esta misma semana, 24 de abril, se cumplía un año de la muerte de Andreas mientras estaba atada con correas a una cama de un hospital de Oviedo (aunque el nombre habitual que se utilice para esta práctica que tanto la ONU como la OMS han tachado de tortura sea «contención mecánica», una vez dejado atrás el eufemismo anterior de «inmovilización terapéutica», aún más sangrante). Cambiamos de eufemismos pero la gente sigue y seguimos siendo atadas en cada unidad psiquiátrica. Y algunas como Andreas, mueren ahí, solas y aprisionadas con correas.

Andreas no fue la primera persona que ha muerto atada con correas bajo el falso pretexto de su propia seguridad, dos meses antes de su muerte también el año pasado había trascendido a los medios de comunicación otra muerte durante otra contención mecánica, esta en febrero en A Coruña. Lamentablemente, con la opacidad que ya es habitual en la psiquiatría, más aún cuando hablamos de violencias y violaciones de los derechos humanas (aún se pelea por un registro real de estas medidas coercitivas o que las personas psiquiatrizadas puedan acceder sin trabas a los registros en sus propias historias clínicas), sabemos que el número de muertes es mayor; igual que sabemos, porque así lo han contado muchas personas afectadas, que la práctica de las contenciones muchas veces traumatiza mucho más que la situación previa que derivó en un ingreso.

De alguna manera, aunque acabar con las contenciones mecánicas era una reivindicación histórica tanto en el activismo loco como en el resto del movimiento de salud mental crítica, la muerte de Andreas de la que ahora se cumple el año, fue un “hasta aquí” para algunas personas. Utilizando como motor de acción la indignación y rabia que hay profesionales de salud mental que ven como un síntoma patologizable -¿hay algo que se libre de ser un síntoma cuando uno se empeña en patologizarlo todo dentro de una circularidad interpretativa en la que todo lo que haga el loco será una muestra de esa locura?-, en Hierbabuena, Asociación de Salud Mental en primera persona, situada también en Oviedo, donde había muerto Andreas, decidieron salir a la calle.

Así, desde hace un año, como podéis ver en el video, cada día 24 de todos estos meses han organizado concentraciones en Oviedo para impedir que esta muerte cayera en el olvido, para visibilizar el maltrato en las unidades, reclamar el cese de las contenciones mecánicas, pedir explicaciones y responsabilidades por esta muerte, exigir transparencia y acceso a los protocolos al respecto de las contenciones -también opacos en muchos hospitales-, para recordar a Andreas y a las personas que son atadas diariamente en las unidades de ingreso psiquiátrico, para explicar que esa práctica daña y pone en riesgo, que atar no es cuidar ni acompañar ni ayudar.

En este tiempo no solo Hierbabuena se ha manifestado exigiendo #0contenciones. También en Pamplona salieron a la calle con el mismo motivo, y en numerosas ciudades andaluzas se han hecho concentraciones, performances y diversos actos y ruedas de prensa que tuvieron eco en medios de comunicación. Las de Andalucía fueron también organizadas desde el activismo loco, como había pasado en Oviedo, en concreto por la Federación Andaluza En Primera Persona que agrupa a diversas asociaciones en primera persona en esa comunidad autónoma. Estas acciones durante días y en diversas ciudades se agruparon bajo el nombre “tour #0contenciones” y finalizaron en Sevilla el 10 de octubre, Día de la Salud Mental, acudiendo tanto a uno de los principales hospitales sevillanos como a las puertas del Parlamento de Andalucía a hacer oír sus reclamaciones.

También el debate sobre contenciones va llegando a los parlamentos tanto estatal como a los autonómicos, como os contamos hace unos meses en este artículo, y a algunas asociaciones de profesionales que en sus jornadas hablan abiertamente de estas vulneraciones de derechos, como la Asociación Castellana y Leonesa de Salud Mental hizo en sus jornadas “Deberes incumplidos, derechos violados”. Hace muy poquitos días usuarios y profesionales de salud mental de Navarra presentaban una plataforma conjunta que bajo el nombre de “Plataforma Derechos Humanos y Salud Mental en Navarra” tiene entre sus principales objetivos también el cese de contenciones.

Sin embargo, según indica la Asociación Hierbabuena en su nota de prensa (que puedes leer y descargar desde aquí), distribuida estos días con motivo del aniversario de la muerte de Andreas y que llevaba el encabezamiento «Un año sin respuestas» (que también nos daba el título para esta entrada), mientras el objetivo a perseguir desde instituciones o profesionales sea “cómo atar mejor”, “cómo atar menos”  o “cómo no abusar de esta práctica” (como también reclamaba Tomás Corominas el mismo martes) seguiremos quedándonos cortos. En lugar de abordar directamente suprimir las contenciones como ya se ha demostrado posible en otros países, pero también en el nuestro, con experiencias como la que compartía la psiquiatra Olaia Fernández en esta reciente entrevista que le realizamos desde Mad in America Hispanohablante… lo que estaremos haciendo será parchear una situación que requiere un cambio no a medio o largo plazo sino urgente; y que sabemos que se puede hacer. Habrá cosas que quizá ayuden, mayores presupuestos, mayor formación del personal, espacios arquitectónicos distintos… pero lo único imprescindible para dejar de atar sabemos que es DECIDIR NO ATAR, no maltratar a quien necesita cuidados y acompañamiento en una situación de máxima vulnerabilidad.

Este pasado martes 24 también se salió a la calle en diversas ciudades: Hierbabuena volvió a convocar a las 20h en la plaza de la Escandalera de Oviedo tras un coloquio previo la misma tarde, que también tuvo su eco en medios (aunque no con el lenguaje que nosotras utilizaríamos); en Pamplona la concentración fue por la mañana en la Plaza de la Paz bajo el lema “La locura no se cura con tortura”. Por nuestra parte, desde el colectivo Locomún estamos trabajando en esta web como eje de una próxima campaña que nos gustaría que todas y todos podáis hacer vuestra y de la que os iremos informando en los próximos días. Nuestra intención es contribuir a que haya una presión social compartida sobre este tema que consiga un cambio necesario. Creemos que tiene mucho que ver con una de las frases que ha venido repitiendo Hierbabuena en sus concentraciones, con la que terminamos: “no es cosa de locxs, es cosa de todxs”.

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